La trampa de lo barato

La mayoría hemos caído: ese vestido de 9 euros, la camiseta “por si acaso”, esos pendientes que tardan un mes en llegar, envueltos en más plástico que tela. Lo que viene rápido y barato… se va igual de rápido.

La Unión Europea —y varios países en Latinoamérica— empiezan a poner límites a gigantes como Shein y Temu. Competencia desleal, prácticas laborales dudosas, toneladas de residuos. Nada que no supiéramos, pero que muchas veces tapamos bajo la alfombra de la ganga fácil.

Esto no va solo de consumo. Va de liderazgo.

Porque detrás de cada click barato hay un modelo de negocio que se devora a sí mismo. Y nos guste o no, las personas que tenemos responsabilidad —como empresarias, ejecutivas, referentes en nuestras comunidades— marcamos un ejemplo.

Liderar no es solo dirigir una empresa. Es mostrar con hechos qué tipo de prosperidad queremos dejar detrás. Cada decisión que tomamos —con qué proveedor trabajas, cómo tratas a tu gente — habla de quién eres y de lo que sostienes.

Lo barato no solo sale caro, lo barato a veces, te retrata.

¿De verdad queremos un mercado donde ‘más barato’ siempre gana, aunque cueste empleos, ética y sostenibilidad? 

¿Qué mentalidad de liderazgo estamos alimentando cuando normalizamos modelos de negocio que no cuidan ni a su gente, ni a su cadena de valor, ni a sus comunidades?

“Liderar hoy significa entender que el impacto de cada decisión —lo que compro, lo que vendo, cómo lo produzco— se multiplica en la comunidad. La ética es una estrategia de futuro”

Cuando trabajo con mujeres líderes, veo cada día la fuerza que tiene una decisión valiente para inspirar a otros. 

Por eso el liderazgo bien entendido es contagioso: porque da ejemplo y construye futuro.

Así que la próxima vez que tengas la tentación del “chollo sin preguntas”, acuérdate: nadie nos regala nada. 

Y cada euro que invertimos —o dejamos de invertir— está sembrando la economía, la comunidad y el mercado laboral que vendrá mañana.

Que no nos digan que no hay alternativa, que no nos digan que todo vale mientras salga rentable.

El verdadero liderazgo se sostiene cuando nos importa lo que dejamos atrás.

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