El boom de la Inteligencia Artificial generativa nos ha hecho más eficientes, sí. Pero también nos plantea una nueva pregunta: ¿estamos ganando velocidad o perdiendo profundidad? Un estudio del MIT prende las alarmas sobre una amenaza silenciosa que afecta directamente al liderazgo: la deuda cognitiva acumulada.
El estudio: cuando la mente se apaga sin darnos cuenta
En una investigación reciente realizada por el MIT Media Lab, tres grupos de participantes fueron observados: uno trabajó sin ayuda, otro con Google y el tercero usando IA generativa como ChatGPT. El resultado fue tan revelador como inquietante:
- El grupo que usó IA de forma intensiva redujo significativamente su actividad cerebral en las áreas vinculadas al razonamiento complejo y la memoria reciente.
- Tras dejar de usar la IA, esa capacidad no se recuperó del todo.
- Más del 80% olvidó citas importantes o detalles recientes. En los otros grupos, solo el 11% reportó lo mismo.
- Tras varios meses, se detectaron deterioros neurológicos, lingüísticos y conductuales.
El concepto clave que se acuñó es alarmante: Deuda Cognitiva Acumulada. Es decir, cuanto más delegamos en la IA sin criterio, más debilitamos nuestras propias capacidades.
¿Tecnología como aliado o como muleta?
No se trata de ir en contra de la IA, sino de liderar su integración con inteligencia. Empresas como Wavext Technologies ya apuestan por un diseño ético y potenciado de la IA:
- Gemelos Digitales que ayudan a tomar decisiones sin reemplazar talento.
- Gemelos Agénticos personalizados con los valores de cada persona o empresa.
- Modelos Organizativos Aumentados, donde la IA cumple normas éticas y legales.
Todo bajo un nuevo enfoque: Exponencialidad Humana. No queremos máquinas que piensen por nosotras, sino que amplifiquen lo que ya sabemos hacer mejor: pensar críticamente, con propósito y con valores.
La respuesta de Women On Board: activar el pensamiento, no apagarlo
Desde WOB llevamos años apostando por algo que hoy es urgente: liderazgo autónomo, estratégico y consciente.
Sabemos que el cerebro, como cualquier músculo, necesita entrenamiento. Por eso, no solo creamos espacios de formación, sino foros de pensamiento profundo donde la IA es herramienta, no sustituto.
Nuestros programas no se enfocan solo en tecnología, sino en conversación, pensamiento crítico y liderazgo ético. No se trata de aprender a usar una app. Se trata de saber cuándo apagarla para escuchar tu propia voz.
¿Y ahora qué?
Esta es la pregunta que proponemos a todas las líderes que nos siguen:
¿Estás construyendo un futuro donde la tecnología te potencia… o uno donde te sustituye sin que lo notes?