Del qué al cómo: cuando un grupo de mujeres recupera la seguridad perdida
Hace unos años fue la primera vez que participé en un programa con un grupo de mujeres de entornos desfavorecidos y vidas difíciles. Todas llegaban con la misma sensación: no tenían seguridad en sí mismas, ni oportunidades claras, ni referentes a los que mirar con confianza.
En los primeros encuentros era evidente: pocas se atrevían a hablar, evitaban mirarse, o se describían únicamente a través de sus carencias. Pasadas unas semanas, esas actitudes fueron transformándose. Empezaron a escucharse entre ellas, a aportar ideas, a poner en valor lo que sabían hacer.
Lo más emocionante de estos procesos es comprobar cómo la confianza se contagia, y cómo de cada sesión nos llevamos momentos y recompensas que demuestran que sí hay un cambio real. No importa el país ni el contexto, porque las desigualdades y las brechas son universales: la dificultad para encontrar empleo, para confiar en sus capacidades o para dar un paso hacia adelante solo cambia cuando hay alguien que escucha, respalda y ofrece un espacio seguro. Esa es la diferencia que lo transforma todo.
WOB-IS: del “qué” al “cómo”
Esa es la esencia de WOB-IS: pasar del “qué necesitan” al “cómo lo logramos”, con programas dinámicos y adaptados que convierten la vulnerabilidad en autonomía, en empleo, en proyectos nuevos.
La realidad es clara:
- En demasiadas regiones, las mujeres jóvenes tienen más dificultades de acceso al trabajo que los hombres.
- Muchas mujeres en barrios con menos recursos o en zonas rurales quedan fuera del mercado laboral formal.
- Las mayores de 50 son invisibilizadas pese a su experiencia.
- Las migrantes suelen enfrentarse a una doble barrera.
Sin embargo, cuando aplicamos programas de acompañamiento con metodología y seguimiento, los resultados son medibles: más del 70% completa el itinerario y una parte importante da su primer paso hacia la inserción laboral o el autoempleo.
Impacto real y retorno empresarial
Cada historia de transformación no es solo un logro individual, es también un retorno para la sociedad y para las empresas que se suman.
Porque invertir en mujeres no es filantropía:
- Es estrategia empresarial.
- Es reputación.
- Es cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Es generar conexión con comunidades locales.
Hoy nuestro modelo se despliega entre España y Latinoamérica, demostrando que es replicable y escalable. Lo que hace falta ahora es multiplicar aliados que crean en esta visión y quieran abrirla en su territorio.
Una invitación abierta
WOB-IS invita a empresas y organismos a ser parte de este movimiento: porque cuando se invierte en mujeres, la transformación se multiplica.