A veces me pregunto si no deberíamos dejar de admirar tanto a las mujeres fuertes.
Sí, esas que resuelven, que contienen, que lideran, que se reinventan.
Las aplaudimos, claro. Las buscamos. Las necesitamos.
Pero pocas veces nos detenemos a preguntarles si están bien.
O si simplemente necesitan una pausa, un abrazo, una red que las sostenga a ellas también.
No hablo desde fuera, hablo desde la experiencia.
He tenido el privilegio de acompañar a muchas mujeres brillantes, generosas, valientes.
Y en ese camino también he aprendido que hasta las más fuertes necesitan un espacio seguro de apoyo.
Un lugar donde no haga falta demostrar nada. Donde se pueda simplemente ser.
Y es que a veces confundimos liderazgo con estar siempre disponibles.
Siempre fuertes.
Siempre enteras.
Por eso WOB.
Porque no necesitamos más mujeres perfectas.
Necesitamos espacios reales. Donde puedas fallar, llorar, decir “no puedo más” y que no pase nada.
Donde podamos decir “me rompí un poco hoy” y recibir del otro lado algo más que silencio.
Donde liderar no signifique estar sola.
No tengo la receta. Pero sí una certeza:
Sostener no debería ser una condena silenciosa.
Y ser vulnerable no te quita fuerza, te la cambia de lugar.
Cristina Ramos.